– Cuando me abrazas siento que me quieres – Te dije sin que las palabras pasen por mi cerebro.
– Te quiero – Dijiste.
– Cuando me abrazas así me lo demuestras.
– Pero te quiero siempre.
– ¿No estaría bien que me lo demuestres siempre?
Y media hora después hiciste algo que por sobre todas las cosas que has hecho desde que te conozco me demostró que me quieres.
Te vi y tenías un cartel invisible en la frente. El cartel decía: Te quiero tanto que por ti, soy capaz de hacer lo que mas odio en el mundo.
Y lavaste los platos a pesar de que la cocina te demostró que te odia.
– Te quiero – Dijiste.
– Cuando me abrazas así me lo demuestras.
– Pero te quiero siempre.
– ¿No estaría bien que me lo demuestres siempre?
Y media hora después hiciste algo que por sobre todas las cosas que has hecho desde que te conozco me demostró que me quieres.
Te vi y tenías un cartel invisible en la frente. El cartel decía: Te quiero tanto que por ti, soy capaz de hacer lo que mas odio en el mundo.
Y lavaste los platos a pesar de que la cocina te demostró que te odia.
3 comentarios:
las ambulancias tendran que esperar su turno
Vientos compadre.... Mujeres a la cocina. Y avísale que se prepare unas botanitas para que te vayamos a visitar, compras las cahuas.
mi amor no llega a tanto y mi Mastermachista va a ver cómo le va a tocar una cabronsita por bocón jajaaa
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