Tiré un hilo sobre el cable eléctrico. Amarré fijamente el fantasmita hecho con papel y una bolita de unicel, uno de los muchos que alguien hizo, junto con los murciélagos de cartulina negra y las calabazas color naranja cortadas casi aleatoriamente y mal pintadas con marcador negro. A algunas les faltaban dientes.
Mientras el fantasmita volaba alegremente, me dedique a preparar arrolladitos o como chingaos se llamen, fumando (como siempre) y bebiendo. Pero esta vez fue agua.
Terminando la “decoración” me fui a casa de mi Madre, a bañarme rápidamente por que ya era un poco tarde y ya iba a empezar la fiesta. Y créeme que yo no podía faltar. La razón estoy seguro de que la sabes.
Y allá estuve, sin hacer nada mas que simplemente estar; tal ves respiraba de ves en cuando, pero juro que no era muy frecuentemente. Solo cuando me hacia falta el aire. Y a la 1:30 me hizo más falta que nunca en la vida. Simplemente se me olvidó respirar. ¿A quien carajo se le puede acordar algo tan irrelevante como eso estando frente a tal monumento a la belleza? ... ¿Respirar? Que respiren los mortales.
Se bajó de su camioneta, y saludó a todos los que estaban cerca. A todos con un beso en la mejilla. Cuando llegó donde estaba el mono le dio un beso especialmente tronado y luego lo abrazó.
El brillo extraño se deshizo.
Cuando pasó junto a mi, el natural pesimismo que me cargo me obligó a pensar que seguiría de largo. Solo creí eso un instante. Se paró junto a mi y me dio un beso igual de sonoro que a mi amigo (me pareció que mas). Y un abrazo igual de largo.
Al separarse tenia nuevamente “eso”.
Quince minutos después quise decir: - Tienes algo extraño en los ojos, algo que quiero descubrir – esperando que responda: - Deberías intentarlo -.
Y se fue.
La noche valió la pena.
En una noche de brujas estuve quince minutos con un Ángel.
Mientras el fantasmita volaba alegremente, me dedique a preparar arrolladitos o como chingaos se llamen, fumando (como siempre) y bebiendo. Pero esta vez fue agua.
Terminando la “decoración” me fui a casa de mi Madre, a bañarme rápidamente por que ya era un poco tarde y ya iba a empezar la fiesta. Y créeme que yo no podía faltar. La razón estoy seguro de que la sabes.
Y allá estuve, sin hacer nada mas que simplemente estar; tal ves respiraba de ves en cuando, pero juro que no era muy frecuentemente. Solo cuando me hacia falta el aire. Y a la 1:30 me hizo más falta que nunca en la vida. Simplemente se me olvidó respirar. ¿A quien carajo se le puede acordar algo tan irrelevante como eso estando frente a tal monumento a la belleza? ... ¿Respirar? Que respiren los mortales.
Se bajó de su camioneta, y saludó a todos los que estaban cerca. A todos con un beso en la mejilla. Cuando llegó donde estaba el mono le dio un beso especialmente tronado y luego lo abrazó.
El brillo extraño se deshizo.
Cuando pasó junto a mi, el natural pesimismo que me cargo me obligó a pensar que seguiría de largo. Solo creí eso un instante. Se paró junto a mi y me dio un beso igual de sonoro que a mi amigo (me pareció que mas). Y un abrazo igual de largo.
Al separarse tenia nuevamente “eso”.
Quince minutos después quise decir: - Tienes algo extraño en los ojos, algo que quiero descubrir – esperando que responda: - Deberías intentarlo -.
Y se fue.
La noche valió la pena.
En una noche de brujas estuve quince minutos con un Ángel.
4 comentarios:
¿SU camioneta???? ¿De ella?
seee, como tu marido publicó también del jalouin...
Pffft.
Hay una gran diferencia entre lo que tu escribes y lo que yo escribo. Tu escribiste "jalouin" y yo "jalowin" que suena mas criminal.
Chale.
Mi amigo Potz, que suele andar pedo, diría: los dos están pendejos.
Lástima que no vino mi amigo Potz.
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